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REFLEXION POR HNO. FRANK COLON

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QUÉ FALLO

¡QUÉ FALLO!

Reflexión por Frank Colón

      En la famosa grabación “Siembra” de Rubén Blades, hay una expresión, la cual él usa varias veces…ʺ¡Qué Fallo!”…

      Nosotros, los hispanos parlantes, especialmente los caribeños, usamos mucho esta expresión, la cual nunca se usa en contextos positivos. El 23 de marzo del año corriente, nos llegó la orden oficial de parte de nuestro gobernador y alcalde de cerrar los negocios no esenciales, cerrar las escuelas, universidades, parques públicos, prohibir congregarnos más de 10 personas a una distancia de no menos de 6 pies, cerrar las puertas de nuestra Iglesias (edificios), limitar el número de personas presentes en la despedida de un ser querido, amigo o hermano creyente…sólo por nombrar algunas.

     Sin duda… ¡Qué fallo! Sin embargo, aún, en medio de la tormenta, el mundo, sabiendo que somos cristianos, que somos creyentes y que nos gusta cantar, nos pedirá, “que canten” Posiblemente, en ese momento nos recordaremos e identificaremos con el pueblo de Israel, que en medio del cautiverio y en tierras extrañas, les pidieron que cantaran. Su respuesta fue:”¿Cómo cantaremos cánticos de Jehová en tierra de extraños?” (Salmo 137:4).

     En nuestro caso, no estamos en “tierra extraña.” Pero, lo que sí es extraño para nosotros es la experiencia en la cual actualmente vivimos. Sin duda: ¡Qué fallo!

     La realidad es que nos encontramos en una encrucijada de la vida. Por un lado, podemos seguir lamentándonos por todo lo que esta pandemia nos ha traído y lo que nos ha costado. O, podemos hacer una pausa, aceptar la realidad de lo que ha ocurrido, mirar hacia el cielo y reconocer que Dios, ha estado, está y estará en medio de nuestras vidas y sin duda, saber que él está y estará en control de nuestras vidas. Podemos ver las herramientas que Él nos ha puesto en nuestras manos (el avance técnico del mundo del Internet), explorar maneras de utilizar estos medios para seguir proclamando las “buenas nuevas de salvación.”

     Podemos reafirmar nuestra fe en el Señor Jesús que “nada nos separara del amor de Dios” (Romanos 8:38-39). Y como dijera el pueblo de Israel, podríamos nosotros también decir: “Cuando Jehová hiciere volver la cautividad de Sion, seremos como los que sueñan. Entonces nuestra boca se llenará de risa, y nuestra lengua de alabanza; entonces dirán entre las naciones: “¡Grandes cosas ha hecho Jehová con estos. Grandes cosas ha hecho Jehová con nosotros. Estaremos alegres”. (Salmo 126:1-3)

     Sí, pueblo, humanamente hablando, ¡Qué fallo! Pero, en lugar de decir “¡Qué fallo!” podemos decir como el apóstol Pablo: ʺPorque esta leve tribulación momentánea, produce en nosotros, un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales; pero las que no se ven son eternas” (2 Corintios 4:16-17).

Cierro con las siguientes palabras:ʺEstad quietos y conoced que yo soy Dios” (Salmos 46:10).